martes, 14 de enero de 2014

-cueroSanía-

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sábado, 11 de enero de 2014

-cueroSanía-

Hola a todos. Os quería mostrar, más bien como anécdota, una de las primeras cosas que hice. No tiene relación con el cuero, ni con la piel, pero en el fondo sí que lo tiene.
Hace años (ya unos cuantos jajajaja), me compré mí primera alforja, quiero decir las riñoneras estas que últimamente se van viendo más. Como decía, recuerdo aún cuando la compré, fue en un puesto de un mercado medieval, por 6€, los cuales los saqué de los ahorrillos que iba juntando en la hucha, con la cosilla de que no me la quitaran. Era de tela, y la última que les quedaba era la negra, y no lo dude y me la llevé.
Hasta aquí es simplemente una vivencia sin más, que no contiene mucha relación con el tema del blog, pero es ahora cuando llega lo que sí lo tiene. Llegué a mi casa, y comencé a ver cosillas que digamos no me convencían mucho. La primera, el cinturón se sujetaba con un simple velcro, lo que no me convencía de que me llegaran tiraran de ella y se la llevaran o cosa similar, otra era que el velcro que cerraba el bolsillo esta puesto horizontal y muy bien apuntado cuando estaba vacía, y claro, en cuanto metías alguna que otra cosa, ya no caía el velcro uno sobre el otro y no lo conseguías cerrar. Tampoco me gustaba mucho (algo totalmente personal) el que fuese toda negra, porque me parecía muy sosa.
Y ya fue cuando digamos, que todo lo que se te pasaba por la cabeza, me decidí a cogerla y hacérselo.
Donde estaba el cierre de velcro del cinturón, coloque en una de las dos piezas una anilla, y en la otra cosí un pequeño mosquete que tenia por casa, de manera que cuando me la ponía, lo colocabas a modo de seguro, y si se abría el velcro, la alforja no se caía. Por otro lado. descosí una de las partes del velcro de la tapa, y lo volví a coser en vertical, de manera que uno tumbado y el otro de pie, estuviese llena o vacía, cerraba. También le puse en un lado una cintita que tenia por casa, con un pequeño mosquete en el extremo, que me servia para llevar enganchada una gorra en verano o cualquier cosa que necesitase llevar. Y ya la tuve a mi gusto para llevarla, pero aún faltaba algo, no me gustaba lo del negro, me faltaba algo para que resaltara. Mire pegatinas de ropa de estas que se ponen planchando, pero no me convenció ninguna, no me llamaban. Y pensé en dejarlo, no había nada que poner, pero pensé, ¿por qué no me hago yo lo que me quiera poner? Ahí me vine arriba. Soy aficcionado al rugby, y me busqué fotos de todos los escudos o símbolos del seis naciones, y con paciencia y cuidado, me los borde en la alforja. Aquí tenéis alguna foto:





Reconozco que podrían ser mucho mejores, pero a mi me encantaba. Iba con mi alforja nueva con los escudos de las selecciones de rugby bordadas, y encima hecho por mi, os podéis imaginar.


Esto, como os he dicho anteriormente, no tiene mucha relación con los artículos de cuero que aquí mostramos, pero lo que si que tiene que ver es la idea.
Me gustaría que con esta historia, la gente, vosotros, os animéis, os arriesguéis. Probad a hacerlo, a que si queréis algo, probéis a hacerlo con vuestras manos, y que sea algo hecho por uno mismo, y como uno quiere. Yo me atreví hace mucho a hacerme esto, y no me imaginaba que terminaría haciendo el resto de cosas que aquí os enseñamos, y tampoco me imagino lo que podre llegar a hacer, pero me atreví, y vi que si tenia paciencia y me ponía, lo haría, y así he llegado a ir creciendo e ir haciendo cosas mas complejas.
En resumidas cuentas, básicamente, ATRÉVETE!!!

Maletín Alforja (I)

Maletín doble para colocar en el cuadro de una bicicleta, de manera que se pueda transportar papeles, cuadernos, carpetas, libros, o lo que buenamente cada uno quiera. El sistema de anclaje es muy sencillo, se apoya en la barra horizontal superior del cuadro de la bicicleta, y se cierran unas correas para que no suba de la posición correcta, y dos mas que se cierran sujetándolo a las otras dos barras del cuadro, para que no bascule. Cuando lo quitamos, tiene en las esquinas de abajo dos corchetes que lo dejan cerrado, y se puede transportar como un maletín normal, pero además, tiene dos anillas en las que se puede sujetar una correa con unos mosquetones, de manera que se pudiese llevar al hombro, y cuando lo volviésemos a colocar en la bicicleta, se quita y se guarda en el mismo bolsillo hasta el próximo uso.